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Sistemas de memoria

Un texto de Luis García Carrasco

CATEGORÍA:  Iniciación

ETIQUETAS:  aplicacionespara quésistemas

 9/4/2009

 9/4/2009

CATEGORÍA

Iniciación

Artículo original publicado en "El arte de la memoria" y reproducido con permiso del autor.
(Sistemas de memoria. Para qué, Sistemas de memoria. Aplicaciones)

Para qué

Antes de tomar el primer contacto con los Sistemas de Memoria, yo memorizaba todo sin orden ni concierto. Utilizaba la repetición del concepto a memorizar como estrategia fundamental y hacía uso de la nemotecnia en muy contadas ocasiones. Estaba convencido de que me encontraba muy limitado a la hora de memorizar materia nueva. Que no era capaz de memorizar y recuperar grandes cantidades de información. Los Sistemas de Memoria fueron el gran hallazgo para mí. Se trata de conjuntos de reglas o directrices para memorizar y dar orden o estructura a la información en la memoria. Facilitan enormemente no sólo el almacenamiento sino además, la recuperación de los datos. No importa el tamaño ni qué tipo de información. Desde lo más abstracto a lo más específico. Son válidos en todos los casos por sí mismos o en combinación con otros. Algunas fuentes citan al poeta griego Simónides de Ceos (siglo 6 A.C.) como el fundador del Arte de la Memoria. De forma que, al menos por aquel entonces ya se utilizaban Sistemas de Memoria para cosas como los discursos en política y la recitación de poemas, por ejemplo.

Te preguntarás el porqué de la necesidad de utilizar estos sistemas si hasta ahora te va bien con tu forma de memorizar. Entonces yo te diré que adelante, que no tienes por qué cambiar. Si te funciona, sigue con ello. Si, por el contrario, no estás cómodo con el rendimiento o simplemente sientes curiosidad por ver cómo se puede estudiar de forma más eficiente y además divertida, entonces los Sistemas de Memoria van a ser una gran ayuda para ti.

La estructura que le darás a la información en tu mente te hará la vida mucho más fácil.

Escenario número 1: Imagina que tienes la habitación llena de libros y apuntes y estás buscando la fecha en la que un determinado suceso tiene lugar. Sabes que el dato está ahí. Bien en un libro bien en una hoja de apuntes. Pero no recuerdas dónde. Para “facilitar” las cosas, no hay ningún orden en tu habitación. La forma de colocar las cosas ha sido aleatoria y te encuentras con pilas de libros y apuntes mezclados entre sí sin criterio alguno. Todavía podemos poner las cosas peor. Debido a la forma de colocar los libros, no puedes ver los lomos de todos ellos por lo que muchos títulos no están a la vista. Sigamos: Los apuntes no están archivados en carpetas sino apilados sin separadores que los clasifiquen por fechas ni materias. ¿Qué ocurre entonces? Puede que tengas una suerte tremenda y en la primera hoja de apuntes que cojas, ahí tengas el dato. Si es así, te aconsejo que pares lo que estás haciendo y te bajes inmediatamente a comprar un billete de lotería, rifa, concurso o lo primero que tengas a mano pero que de ganar, te hagas millonario. Porque, si has encontrado el dato al primer intento en esa maraña inmanejable de información, la suerte está de tu lado. ¡No rompas la racha! Pero, si las reglas de la probabilidad se cumplen y tardas un tiempo medio en encontrar el dato ansiado, seguramente habrás tenido que revisar la mitad de todos los libros y apuntes que tengas en la habitación. Por lo cual, incluso si la habitación es pequeña y los libros y apuntes estaban por todas las estanterías, el suelo y encima de la mesa, pues seguramente una cantidad excesiva de tiempo. Éso, poniéndolo de forma cortés.

Escenario número 2: Ahora imagina lo que sería tener la habitación pulcra, con los lomos de los libros mirando hacia ti. Colocados en orden alfabético y por materias. Lo mismo con los apuntes, ordenados por materia, fecha y clasificados con separadores, en carpetas claramente identificadas con etiquetas, de distintos colores y, encima, ¡la habitación recogida! Nada por en medio. ¡Limpia, sin polvo y todo en su sitio! Vamos, el orgullo de cualquier madre o padre. Es posible que no llegues a encontrar el dato a la primera. Pero seguro que el tiempo medio probabilístico de encontrarlo va a ser dramáticamente inferior al de la habitación del Escenario número 1. Encima, te sientes bien. Sin frustración. Dominas la situación. Necesitabas encontrar esa pieza de información, pues bien, la has encontrado en tiempo récord. Porque todo estaba en su sitio y ordenado de forma lógica. La que tú has decidido porque te viene mejor y te gusta más.

El Escenario número 2 es aquel en el que te mueves cuando utilizas Sistemas de Memoria para preparar tus exámenes. Ahí es donde llevas a cabo tus mejores actuaciones. Si además, el repaso es el adecuado, tendrás la información accesible para recordarla siempre. El número 1 sirve en muchas ocasiones. Pero no en todas, porque algunas veces te ocurrirá que simplemente desistas y digas: “ya lo encontraré” o “bueno, no es tan importante” o “da igual” o “seré zoquete, esto tiene que cambiar, pero ahora no puedo perder más tiempo en esto y me quedaré sin averiguarlo” y cosas por el estilo. También puede que digas: “pues tampoco pasa nada porque le pregunto al profesor mañana y ya está”. Eso está bien en algunos casos, pero no ayudará tanto en los días anteriores al examen cuando el profesor ya no esté disponible para responder a tus dudas o cuando no haya profesor porque estudies el temario por tu cuenta, por ejemplo.

Sabiendo ahora lo que los Sistemas de Memoria, usados desde tiempos de los Griegos y los Romanos para almacenar la información de forma estructurada y facilitar su recuperación rápidamente, pueden hacer por ti, ¿por qué no usarlos? Muchos de ellos los explicaré en mayor o menor profundidad en posteriores artículos para que puedas elegir los que mejor se ajustan a tus gustos y necesidades.

Aplicaciones

Vamos a ver qué uso le puedes dar a los Sistemas de Memoria. En un principio puedes pensar que sólo para la retención de datos de exámenes. Aunque una vez empiezas a usarlos, ves que te pueden ayudar en muchos otros aspectos.

¿Algunas veces te ocurre que quieres quedarte con un número de teléfono y no tienes donde apuntarlo?, ¿te ocurre lo mismo con las direcciones de correo electrónico? ¿y las de correo ordinario? Puede que te pase lo mismo con simples cifras de números. Por ejemplo, imagínate que estás en una conversación en la que se habla acerca del número Pi e intentas decir el mayor número de cifras decimales que recuerdas de dicho número. El uso de los Sistemas de Memoria te permite memorizar fácilmente la serie: 3'14159265358979323846… ó 11'00100100001111110110… ó 3'243F6A8885A308D31319… (decimal, binario o hexadecimal respectivamente). Con las fechas ocurre lo mismo: enlace de la ocurrencia de un suceso al nombre de una persona (12 de Octubre de 1492, Cristóbal Colón llega a América), intervalos de tiempo (Sócrates vive desde el año 469 a. C hasta el 399 a. C) o conjuntos de fechas son algunos ejemplos de lo que se puede memorizar.

Se les puede dar otros usos tan dispares como la memorización de chistes, respuestas a juegos de mesa como Trivial Pursuit o deportes (Bob Beamon logra la segunda mejor marca de todos los tiempos con sus 8′90 metros en la prueba de salto de longitud en las Olimpiadas de Méjico 68).

¿Qué hay de los nombres de la gente que te presentan? ¿te acuerdas siempre de todos ellos?

¿Alguna vez necesitas realizar un discurso o una presentación y no te acuerdas del contenido de la siguiente diapositiva o, peor aún, no puedes utilizar diapositivas y te limitas a leer literalmente el contenido de unas hojas porque no has creído ser capaz de memorizarlo antes? Aquí he de advertir que el empleo de Sistemas de Memoria en sí puede ser de gran ayuda aunque también el uso de mapas conceptuales/mentales, diagramas y demás apoyos gráficos pueden constituir todo lo que necesitas en la mayoría de los casos.

Continuemos: vocabulario nuevo, idiomas, matrículas de coche, listas de la compra, sueños… ¿has oído hablar de los sueños lúcidos y sus beneficios? (más adelante escribiré sobre ellos). Tú pondrás el límite a lo que quieras memorizar.

Arriba podemos ver en cursiva algunas de las numerosas utilidades que les podemos dar a los Sistemas de Memoria. Como quizá te hayas dado cuenta ya, técnicas para ser bueno en Trivual Pursuit, deportes, chistes, realizando presentaciones y manejando fechas, se pueden aplicar y de hecho se aplican con gran éxito a la preparación de pruebas escritas y habladas en todo tipo de exámenes. El secreto está en saber utilizarlas por separado y en conjunto.

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