Nadie escribe un libro con el propósito de crear un mal libro. La cosa requiere de no poco esfuerzo y, consciente de ello, sin querer tiendo a valorar estos trabajos más positivamente de lo que seguramente son. Sin embargo, por más que estime los esfuerzos de un autor, no puedo decir que un libro está bien cuando, sinceramente, no me gusta nada. Tal es el caso del título que nos ocupa.

El principal problema es que resulta más fácil seguir un hilo de pasta en un plato de espaguetis que encontrar un hilo argumental en las páginas de este libro. Más de una vez me he visto comprobando si los números de página eran correlativos, pues me daba la impresión de que el orden de las hojas no podía estar bien: ¿qué tiene que ver esto con lo que acabo de leer dos párrafos más arriba? Y, además —sobre todo en la primera parte—, el autor casi dedica más espacio a repetir lo que ya ha dicho y anunciar lo que va a decir que realmente a decir algo. El resultado es que he tenido que interrumpir la lectura dos o tres veces simplemente porque me estaba mareando.

Y respecto al procedimiento mnemotécnico... pues lo mismo. Aunque lo he releído un par de veces tratando de entenderlo, a ciencia cierta todavía no sé muy bien cómo debería proceder a la hora de memorizar algo. Y es que el autor propone una mezcolanza de la técnica del relato con el método de los lugares combinado con el sistema PAO aderezado puntualmente con el sistema Dominic combinado con el sistema mayor... El problema es que no se explican estos sistemas, sino que el autor propone una mecánica que combina partes de todos ellos; a él probablemente le funcione bien, pero para el lector es un caos incomprensible.

Hay además un detalle que personalmente me chirría mucho: repetidas veces utiliza el término «locis» como plural de loci... ¡que burrada! Entendámonos: en latín loci (lugares) es el plural de locus (lugar); eso de «locis» no tiene ningún sentido. Vale, de acuerdo en que tampoco se trata de un error muy grave, pero si el autor se equivoca en algo tan básico, ¿en cuántas otras cosas no se estará equivocando también?

En definitiva, hay que agradecer al autor sus esfuerzos por presentar un libro bastante completo, pues no se limita tan solo a la mnemotecnia, también incluye algún capítulo sobre el cerebro —por ejemplo—, y menciona cuestiones interesantes en el aprendizaje como la técnica Pomodoro para administrar el tiempo, el método Cornell de toma de apuntes, el software anki para repasos espaciados, etc.

Pero su forma de escribir, su forma de organizar los contenidos, genera un auténtico caos. Quien logre entenderlo quizás concluya que está ante un buen libro, pero personalmente reconozco que no he sido capaz de encontrar sentido ni utilidad.

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